miércoles, 16 de abril de 2014

NUEVE

El Teniente Andrade siguió a su guía, el Teniente Cienfuegos, a lo largo de varios metros de pasillos bajo el subsuelo. Se encontraba extremadamente intrigado sobre lo que se estaba haciendo allí, pero su acompañante permaneció mudo durante todo el trayecto. Varias puertas se situaban a derecha e izquierda, y en varias ocasiones tuvieron que sortear controles de acceso con soldados fuertemente armados. Finalmente, llegaron ante una puerta, y Cienfuegos abrió la cerradura electrónica mediante escaner de retina. La puerta se abrió en una sala tan aséptica como en la que había esperado al principio, blanca y con una enorme mesa en el centro. Alrededor se encontraban sentadas cuatro personas, tres hombres y una mujer, que parecían esperarlos. El Teniente Cienfuegos invitó a entrar a Andrade, cerrando la puerta tras de él. Todos se pusieron en pie mientras procedían a las presentaciones.

- Les presento al Teniente Andrade, desigmado directamente por el General Estrada para... paliar los ataques de indiscreción que hemos sufrido ultimamente. Teniente, tiene usted aquí a los responsables de gestión e investigación de este enclave. La Doctora Christina Schiavert, responsable del proyecto,,, - Dijo refiriendose a la mujer vestida con bata blanca.  Esta le estrechó la mano, con una cortés sonrisa en los labios. Era una mujer bella a juicio del Teniente, pero de un solo vistazo pudo ver en sus ojos dureza y resolución. Científicos y militares bajo el mismo techo...
- ... El agente especial Daniel Ruiz, del Servicio Nacional de Protección e Inteligencia... - era un tipo joven de gafas de pasta, bajito y delgado... con una pinta de tipo peligroso. Una persona acostumbrada a trabajar en la sombra de lo oficial. Andrade despreciaba a estos tipos, sobre todo si no eran militares. Y este no lo era. Se obligó a estrechar su mano,
- ... El Capitan Roque, encargado de la coordinación interna - un hombre maduro, de porte militar, pelo blanco cortado reglamentariamente, y profundas arrugas alrededor de sus ojos. Un veterano militar, que saludó como saludan los militares. El Teniente correspondió al saludo.
- ... y el doctor Fausto, una de las mas insignes mentes cientificas del país....
El hombre, también equipado con bata blanca, fingió ruborizarse, mientras estrechaba la mano del Teniente. Un hombre de edad avanzada, y sonrisa eterna en su boca.

Tomaron asiento alrededor de la mesa.

. Bien señores, soy todo oidos...

. ¿Estamos seguros de lo que vamos a hacer? - preguntó Daniel, visiblemente nervioso. Era el único cuya hostilidad era manifiesta - Sigo sin creer que sea buena idea desclasificar este dossier para alguién mas,,,
. Señor Ruiz - repuso de inmediato Cienfuegos, visiblemente contrariado - esta conversación ya ha sido mantenida con anterioridad. El Expediente depende exclusivamente del Ejercito por orden directa. Y como maximo responsable del mismo por designación directa del Alto Mando se encuentra el General Estrada. Le guste o no, es una orden...

El agente agachó la cabeza, visiblemente contrariado.

- Bien, una vez solventada esta diferencia de opiniones, ¿Doctor Fausto?
El científico se levantó de su silla, y comenzó a hablar. Andrade jamás olvidaría aquella exposición.

- Este enclave lleva siendo alto secreto desde que se construyó, hace diecinueve años... Pero lo que estudia lleva siendo leyenda desde tiempos antigüos. Encontramos referencias en los romanos, con las crónicas hispánicas de Publio el Hispano, en la que se narra el exterminio por parte de los habitantes de estas tierras de toda una legión romana, y de como a Roma le fue imposible imponer su pax romana en la zona que actualmente pisamos. También encontramos referencias a la beligerancia de los habitantes de estas montañas en los cronistas medievales de la Reconquista, tanto cristianos como árabes, culpándose cruzadamente. Y así durante cada período de guerra y conquista, en la que estas montañas son factor común. Los hombres antiguos culpaban a los espíritus, los dioses. Los modernos, durante la conquista napoleónica o la guerra civil, a hombres salvajes de las montañas. Curiosamente, y a tenor de lo que nos encontramos, casi estaban mas cerca los primeros de la realidad...

Hace diecinueve años, un grupo de excursionistas se perdió en el interior de la montaña de ahi afuera. Posteriormente, ocho guardia civiles y 15 soldados especialistas en rescate perdieron la vida en su interior.- El científico se acerco a una pared y descubrió una botonera. El agente Ruiz se revolvió en su silla de nuevo. El doctor Fausto apretó un boton y un panel se deslizó en la pared, dejando a la vista una ventana acristalada que mostraba una habitación análoga a en la que se encontraban, con una luz azulada muy tenue. La habitación parecía vacía. - El responsable de esas muertes esta en el interior de esta sala. Los romanos lo llamaron Merodeador.

Andrade se levantó de la silla y se acercó al cristal. Los presentes en la sala sonreían, a excepción del agente que mostraba un gesto de contrariedad que no deseaba ocultar. Nada... Aquella sala estaba vacía. Miró al Doctor Fausto, interrogándole con la mirada.

- Está ahí, Teniente... Sólo mire...- y de repente captó el movimiento. La pared del fondo parecía difuminarse y moverse. Poco a poco, la luz azul neón que bañaba todas las paredes se fue oscureciendo, dejando paso a una figura enorme... Andrade se frotó los ojos. Una figura se iba formando poco a poco, definiendo su contorno. Distinguió una enorme cola reptiliana, un cuerpo fibroso y enorme, unas patas gruesas, culminadas en terribles garras, y una cabeza con unas mandíbulas terribles. Finalmente vio sus ojos. Unos ojos que no eran de reptil, cargados de odio e inteligencia. Le miraban fijamente...
- ¡Pero que demonios...! - murmuró Andrade...
- Esto, Teniente, es el ser mas antiguo que pisa la Tierra en este momento...Doctora...
La doctora Schiavert se levantó de su silla y avanzó hacia la cristalera, con los ojos fijos en el ser, totalmente fascinada...
- Este lleva con nosotros cerca de un año. Es el primero que dura tanto tiempo. Hemos capturado otros, pero ninguno llegaba a salir de la montaña con vida...
- ¿Es un dinosaurio? - acertó a preguntar Andrade. La doctora sonrió...
- No - contestó - Este ser llevaba aquí varios millones de años antes que apareciera el primer dinosaurio. Ni siquiera poseen ADN en común. De hecho, su ADN apenas tiene en común algo con respecto a lo que conocemos. Morfológicamente podrían ser confundidos. Pero lo que usted contempla ahora mismo es la máquina mas perfecta que haya creado la Naturaleza. Perfectamente capacitado para mimetizarse con el entorno. Su piel es extraordinariamente gruesa a la vez que flexible. Constituye casi un exoesqueleto. Es nocturno, y su vision esta desarrollada para ver en la oscuridad. Su velocidad es mayor de lo que hayamos podido ver en cualquier animal del mundo. Es un arma excepcional seleccionada para matar. Y su inteligencia... entiende lo que le decimos, resuelve problemas complejos... utiliza herramientas.
- Increíble- dijo ´Andrade. observó como se movia aquel ser. Movimientos lentos, supervisaba una y otra vez las paredes de la habitación buscando la salida...
- Lo mas incleible es que según las pruebas que le hemos realizado, este especimen es joven, no se ha desarrollado totalmente todavía...
- Pues es enorme
- Sí, y tiene 3.500 años...
Andrade la miró atónito...
- ¿Podría repetirme eso?

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