DIEZ
-Tengo…
multitud de preguntas acerca de lo que acabo de ver – balbuceó el Teniente
Andrade. El panel había vuelto a su posición
inicial, ocultando de la vista el prodigioso ser. Tomó asiento frente a
Christina, que sonreía ante la turbación del Teniente. De hecho todos sonreían.
Seguramente reconociendo como suyo el estado de shock del Teniente. Este se
rehízo a duras penas – pero supongo que no estoy aquí para satisfacer mi
curiosidad. Necesito una serie de respuestas acerca de esta base, del personal,
y de … esa cosa para ejecutar el trabajo que me han encomendado.
-Proceda,
Teniente –le animó el Capitán Roque.
-Bien.
En primer lugar, necesito saber la envergadura de este lugar. Su tamaño,
personal, medidas de seguridad, suministros…
-Le
he preparado este dossier – indicó el Teniente Cienfuegos, entregándole una
carpeta marrón, sin ninguna marca – en él se detallan los planos de los más de
dieciséis kilómetros de túneles excavados para contener este enclave, los
nombres y ocupaciones de las ciento treinta y dos personas que trabajan aquí…
-¿Ciento
treinta y dos personas? Demasiada gente conociendo un secreto lo hace muy
vulnerable.
-No
todos conocen la Naturaleza de lo que se hace aquí, como es lógico –repuso de
inmediato Daniel Ruiz- y así debe seguir…
-
De hecho –cortó el Doctor Fausto – sólo quince de esas personas conocen a 23 –
señaló al panel.
-¿23?
-Sí.
Es el individuo capturado número 23 –contestó Christina- no perdemos mucho el
tiempo en ponerles nombres, pues antes no duraban mucho. Quizás a este haya que
ir buscándole uno…
-
¿Y los suministros de la base? ¿Cómo se consigue abastecer de electricidad un
macro-complejo como este?
-
Bueno, digamos que tenemos línea directa con el embalse de Granda Alta, situado
a unos kilómetros de aquí. Además, el enclave posee sus propias fuentes de
generación de energía. Todo absolutamente automatizado e informatizado. El
suministro de agua y alimentos se realiza una vez a la semana con vehículos
todo-terreno camuflados. Todo-Aventura. Es una empresa que hemos creado para no
levantar sospechas. Se dedica a dar paseos por la montaña en pistas forestales
con jeeps. Patrocinamos a la Cultural Leonesa, y todo…
-Estamos
muy cerca de culminar la investigación. – dijo Christina -Este ser posee una
estructura celular de alta regeneración. Independientemente de su enorme
potencial militar, que es lo que paga las facturas, estamos ante la posibilidad
de poder clonar células cuya capacidad de regeneración podría curar
prácticamente cualquier enfermedad- Christina se levantó de la silla para
enfatizar sus palabras – Teniente, en esa montaña se encuentra la fuente de la
eterna juventud. No sólo es un arma. Es la capacidad del ser humano de ser
prácticamente inmortal. Y la estamos tocando con la punta de los dedos. Cuando
le he dicho que 23 tenía 3.500 años, es porque su metabolismo impide que su
cuerpo se deteriore. Sus células han envejecido este último año lo que las
nuestras en apenas segundos. Es un privilegio que hayamos conseguido
conservarlo con vida. Hemos aprendido más con este espécimen que con sus 22
anteriores juntos.
-¿Qué
saben realmente de ellos?
-Bueno-
tomó la palabra el Teniente Cienfuegos. – Son una manada de unos 240
individuos. Son seres nocturnos. Padecen una aguda fotofobia. Y son
extremadamente inteligentes. Varios de nuestros soldados de Caza han caído
en trampas hechas por ellos. Anularon
todas las cámaras de videovigilancia que instalamos en su territorio. Creamos
un perímetro vallado dentro de la montaña, un área de seguridad. Y como
sabíamos de su fotofobia, instalamos grandes proyectores de luz. Esa noche los
rompieron lanzando piedras. Llevamos 19
años conteniéndolos, y cuando pensamos que han desistido en sus hostilidades,
vuelven desde otro punto, con otra estrategia. Y son extremadamente rápidos y letales.
-
Y dicen que 23 es el primero que ha sobrevivido al cautiverio…
-Así
es – dijo Christina – Los otros parecían desconectarse en cuanto los cazábamos
y los sacábamos de la montaña. Simplemente caían fulminados. Suponía una
frustración enorme, pues no son precisamente fáciles de capturar…
-
… y este ha sobrevivido… -dijo pensativo Andrade-.
-¿Cuál
es el problema, Teniente?-Preguntó con sonrisa cínica Daniel Ruiz- ¿debemos
preocuparnos por su resistencia?
-
Señor Ruiz – contestó- ¿conoce usted la historia del caballo de Troya?